Educación y Adiestramiento canino

Entiende cómo funciona su mente para modificar comportamientos no deseados del perro.

Conductas agresivas por protección de recursos.

¿Te resulta familiar recibir un gruñido o incluso un intento de mordisco cuando le retiras el comedero a tu perro, cuando te sientas en el sofá mientras él lo ocupa o simplemente cuando está comido y caminas al lado suya? Tu perro presenta una conducta agresiva por protección de recursos.

Pero antes de entrar en materia, vamos a definir el concepto de «recurso». Una de las definiciones de la RAE identifica los recursos como un conjunto de bienes, riquezas o medios de subsistencia. No hace distinción entre perros y personas porque realmente existen pocas diferencias en su aplicación. Ambos nos valemos de una serie de recursos para subsistir, los cuales coinciden con la base de la pirámide de Maslow que hace referencia a las necesidades fisiológicas. Necesitamos comida, agua, higiene y un lugar que favorezca a un descanso apropiado.

Entonces, ¿por qué los seres humanos no nos comportamos igual que los perros y protegemos nuestros recursos por encima de todo? La respuesta es: lo hicimos y lo seguimos haciendo. Sin embargo, esta protección de los recursos ha ido evolucionando al igual que nuestra relación con el entorno. En el paleolítico las relaciones que establecíamos con el entorno eran hostiles en su mayoría, el raciocinio se limitaba a la supervivencia y la lucha por unos recursos limitados.

En la actualidad, esta relación con el entorno ha evolucionado hasta tal punto que (en cierta medida) podemos estar tranquilos sabiendo que no nos arrebatarán lo que es nuestro, debido a la existencia de leyes que garantizan (en la mayoría de las ocasiones) nuestra seguridad y bienestar.

Por tanto, párate un segundo y trata de empatizar con un perro cuyo conocimiento alcanza hasta: necesito comer para no morir, debo proteger la comida por encima de todo; En el suelo no descanso tan bien como donde lo hace mi familia, debo defender ese lugar; Ha lanzado la pelota y ese otro perro está yendo a por ella, si se la lleva me quedaré sin pelota y sin diversión, debo dejarle claro quién manda aquí.

A pesar de parecer un monólogo algo más propio de películas americanas en las que los perros adoptan la voz de Bryan Cranston o Bill Murray, pensamientos como estos activan mecanismos de supervivencia, dando lugar a conductas agresivas por protección de recursos.

El perro está dispuesto a proteger todo lo que considera suyo frente a cualquier tipo de amenaza que le pretenda sustraer sus recursos (una persona, otro perro de la familia, un perro ajeno, un objeto inanimado o animado, etc.).

Sin embargo, este tipo de conductas, aunque propias de la naturaleza animal, no son apropiadas para la vida diaria y se consideran antisociales. De ahí la preocupación normal de muchos dueños por modificarlas y suprimirlas.

Con este artículo pretendo que el lector logre empatizar con su perro y entienda de dónde procede la conducta agresiva del perro. Existen determinadas pautas y programas de adiestramiento para que estas conductas indeseadas desaparezcan. Si lidias a diario con este problema te recomiendo ponerte en contacto con un adiestrador canino. No dudes en contactar conmigo y trabajaremos juntos en vuestro vínculo y vuestra relación.